Cuando esta chiquita muestra su sonrisa de cuatro dientes por los pasillos del Centro Judicial de San Juan, ocurre automáticamente el "Efecto Amalia".

"¡Ay Dios mío, qué cosa hermosa!", "¡Qué 'cochita'!", "¡Qué Dios la cuide!" y "Awwwwww", son algunas de las frases que inspira Amalia a su paso por el recinto, caracterizado usualmente, por su ambiente de seriedad, formalidad y protocolo.

La pequeña de 9 meses y tres semanas de nacida es toda una celebridad en el lugar, a donde su padre, Sebastián O'Neill, acude para ejercer su labor como licenciado de casos civiles y criminales.

El abogado de 30 años es un hombre barbudo y alto, que, en ocasiones, se lleva al trabajo a la dulce bebé en un bulto tipo canguro, desde donde ella saluda al mundo con sus manitas mullidas.

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Con su gabán de trabajo, el hombre carga a la nena (que pesa unas 24 libras), su maletín y el colorido bulto de ella.

Este simpático par se hizo famoso en las redes sociales por una fotografía que le tomó una colega hace meses y que se publicó en Facebook en los pasados días, acompañada por un comentario en el que se explicaba la situación.

¿Por qué se lleva a la nena al trabajo? 

Amalia acompaña a su papá al trabajo desde los seis meses de nacida por varias razones.

La primera es que él y su compañera y madre de la niña, Zaida Giselle Adorno, quieren disfrutarse cada etapa del desarrollo de la menor, influenciar en sus destrezas motoras y su lenguaje y crear un lazo afectivo con ella.

"Hemos querido tener una crianza de apego, que se hagan unos lazos fuertes", expuso el licenciado. "Esos lazos que establezcamos ahora, van a ser para el resto de nuestras vidas", agregó.

O'Neill explicó que su compañera, que es química en una farmaceútica, tiene un turno rotativo. "Nos balanceamos como pareja para que los dos podamos continuar con nuestras profesiones", explicó.

"Yo no sería el papá que soy sin Zaida porque esto es una cuestión de equipo, de pareja", recalcó el licenciado.

La segunda razón es de índole económica, pues, "los abogados que están por su cuenta", a veces, no tienen cierta estabilidad económica. 

"Bastante apreta'os que estamos, porque esta profesión es una montaña rusa. A veces se cobra y a veces, no se cobra", acotó.

La pareja, además, no tiene la opción de dejar a la bebé con los abuelos paternos porque también trabajan y la familia de ella reside en Arecibo.

Por otro lado, el propio O'Neill vivió la experiencia de acompañar a su padre a su trabajo como porteador público y luego, taxista, cuando era niño, por lo que esta situación es una perfectamente natural para él. 

Un día de trámites con la nena 

Este medio acompañó a Amalia y a su papá a realizar algunas diligencias.

Amalia vestía un hermoso traje, sandalias y un lazo. Logró quitarse los últimos dos durante el transcurso de la tarde.

El primero de los pendientes era comprar unos sellos para cancelar hipotecas en la cooperativa que ubica en el cuarto piso del tribunal. En la caja registradora, todos le sonreían a la nena.

Mientras el licenciado esperaba por los sellos, le tarareaba a su chiquita: "Qué linda manita que tiene el bebé / Qué linda / Qué bella / Qué preciosa es", seguido de un "te amo".

En el ascensor, para bajar al tercer piso y realizar otras dos diligencias, le dijeron a Amalia: "¡Ya eres famosa!". 

En el Registro de Asuntos Contensiosos, el dúo fue a buscar una certificación. Allí, la pequeña fue recibida con un "¡Mira quién esta aquí!" de la recepcionista.

"¡Licenciado, qué grande está!", dijo la empleada antes de terminar el trámite y despedirse de la menor.

En el mismo piso, en la Oficina de Registro de Competencias Notariales, dos empleadas llegaron hasta la ventanilla para verla. "¡Me encanta el traje; está bello!", le dijo una.

Entonces, Amalia tiró al suelo los documentos que le habían entregado a su papá y él, a su vez, los recogió con toda la paciencia del mundo mientras el empleado que los atendía le dijo a Amalia: "¡Eres una traviesa!".

Luego de hacer las diligencias y ya más tranquilos en un banquito del tribunal, la nena estaba en una fase juguetona de su día: le mordió la barba a su papá y le arrancó los espejuelos del rostro.

"No todos los días son iguales. Simplemente, se le trata de mantener a ella una rutina con las comidas, el descanso; que coma a las mismas horas, que tenga su descanso a las mismas horas. Básicamente siempre se logra", afirmó el abogado.

Es probable que dentro de algunos meses, Amalia no visite con la misma frecuencia el tribunal, pues sus padres, tras disfrutársela estos meses, están considerando la posibilidad de registrarla a un cuido. "Pues sí, tocará, ya como parte de un proceso formal de educación para ella", manifestó. 

Amalia "effect"

La chiquita es alegre, alerta, energética, hermosa y destacan sus hermosos ojos de largas pestañas. Todos los que la ven tienen que detenerse a saludarla, a sonreirle.

"Amalia le lleva alegría a muchas personas", dijo el orgulloso padre, al tiempo que describió el asunto como el "Amalia effect" (Efecto Amalia).

La paternidad también ha transformado la forma en la que asume su profesión y mencionó que, por ejemplo, cuando trabajó en un caso en el que una joven enfrentaba cargos por sustancias controladas, se percató de que la madre de la acusada lloraba.  "Ver esa lágrima de esa madre me tocó. Pone a uno reflexionar a como padre", expuso.

¿Qué opinan los demás?

O'Neill está sorprendido por la popularidad que alcanzó la foto que se publicó en Facebook.   "Todavía estoy pasma'o. Un muchacho en el Tren Urbano me saludó", compartió el licenciado. "Todo esto es 'weird' (extraño)", describió.

"Yo sé que hay muchos papás que son los cuidadores primarios de sus hijos, pero el hecho de que soy abogado, impacta", opinó, al tiempo que comentó que hay otras personas que también han llevado a sus hijos al Tribunal y mencionó los ejemplos de una abogada y un fiador. 

El licendiado destacó que, por otro lado, Amalia se porta muy bien y no ha hecho travesuras memorables. Tal vez esa es la razón por la que la menor puede entrar al Tribunal con su padre, incluso a los juicios donde él litiga.

"Han sido bien comprensivos y ella siempre se porta bien", aseguró. 

"Al momento yo no me he encontrado alguien que me haya dicho 'no puedes'", narró, al tiempo que dijo que, incluso, en una ocasión, una jueza lo felicitó por "ser uno de esos padres que se involucra en la crianza y formación de sus hijos".

El licenciado apovechó la oportunidad para homenajear a los padres en su día, "en especial a aquellos que aunque no salgan en el periódico, son los cuidadores de sus hijos, aman a sus hijos, los carretean... a esos padres que lo dan el todo por el todo por sus hijos. Yo sé que sus hijos se lo van a agradecer", concluyó.