El consorcio LUMA Energy, operador de los componentes de transmisión y distribución del sistema eléctrico de Puerto Rico, anticipó hoy un oscuro panorama para los próximos meses, con un estimado de unos 50 días de apagones al año, en respuesta a una solicitud de información del Negociado de Energía relacionada a los daños y acciones correctivas en torno al impacto del huracán Fiona.

En una vista técnica que tuvo lugar esta tarde, LUMA indicó que la generación actual de las viejas plantas generadoras de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) presenta numerosos retos y que han sacado de funcionamiento algunas de las unidades más importantes, las llamadas unidades base por su mayor capacidad de generación, así como algunas de las unidades pico, de menor capacidad de generación que se suman al sistema en momentos de mayor demanda para ofrecerle mayor estabilidad y mayor reserva.

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Esas salidas de servicio, a su vez, obligan a las unidades activas a estar en funcionamiento por más tiempo de lo previsto, aplazando sus mantenimientos programados y aumentando las posibilidades de que sufran averías.

Según las gráficas y explicaciones presentadas por LUMA, el consorcio expresa una gran preocupación por la capacidad de generación tanto de manera inmediata, entiéndase para los próximos 12 meses, como más a largo plazo.

Agregó que, la situación se hace incluso más complicada porque las proyecciones que le ofrece la AEE de cuándo estima que sus unidades fuera de servicio regresen al sistema a menudo no corresponden a la realidad y, por el contrario, suelen aplazarse, como está ocurriendo en estos momentos con la unidad Aguirre 2, una de las unidades base que se esperaba entrara en servicio y no lo ha hecho.

LUMA advierte que, de no tomarse medidas con carácter urgente, las posibilidades de que los clientes sufran apagones aumentarán considerablemente.

Según expuso el director de sistemas de operaciones de LUMA, Raphel Gignac, la generación ya confrontaba bastantes problemas antes el impacto de Fiona, y las plantas no estaban generando lo suficiente la demanda de energía de acuerdo a las mejores prácticas de la industria.

Con Fiona, agregó, varias unidades generatrices, como Aguirre 2, San Juan 5 y Ecoeléctrica, sufrieron daños que las sacaron de servicio, aumentando el riesgo de tener que hacer relevos de carga, o apagones, por insuficiencia de generaciones.

El directivo agregó que, como resultado de esos daños, los planes de mantenimiento para octubre y los meses de otoño se tuvieron que posponer para diciembre y principios del año próximo, lo que supone alterar un calendario de mantenimiento que ya estaba bastante cargado, de cara al próximo verano.

Con ese panorama, LUMA estimó que la probabilidad de eventos de pérdida de generación aumentaría de 8.8 días al año que había antes de Fiona, a tanto como unos 50 días por año o incluso más. En comparación, indicó LUMA, el promedio en la industria en Norteamérica es de apenas 0.1 eventos de pérdida de generación al año.

En un mejor escenario, los estimados apuntan a 28 días de apagones al año. Sin embargo, esos eventos de pérdida de generación, y los consiguientes apagones para los clientes, podrían aumentar incluso hasta 98 días al año si coinciden dos unidades base fuera de servicio.

Welsh agregó que la cifra intermedia de 50 días de apagones tomaba un escenario de “riesgo real”, de entre una y dos unidades base fuera de servicio al mismo tiempo.

El directivo expresó particular preocupación por la posibilidad de que alguna unidad base esté fuera de servicio por cuatro a seis semanas, o por tres o cuatro meses, lo que llevaría al rango de los 98 días de apagones al año.

El presidente del Negociado, ingeniero Edison Avilés, cuestionó el planteamiento de LUMA, acotando que, si bien es cierto que en estos momentos había problemas de generación, también sucedía que tres de las principales plantas estaban fuera de servicio, una situación que “no es normal”.

Agregó que la capacidad de generación actual es suficiente para cubrir la demanda de la Isla, y había que establecer con claridad la diferencia entre capacidad de generación y la situación actual post Fiona, que sacó de servicio unidades importantes como Aguirre, la mitad de Ecoeléctrica y parte de Costa Sur. “Pero cuando añades esas unidades, que usualmente están disponibles, son más 1,000 megavatios, que es la mitad de lo que la generación que se necesita hoy día”.

Gignac respondió que la capacidad de generación “confiable” no es suficiente para cubrir la necesidad, y añadió que incluso hay unidades que por diversas razones no operan a toda capacidad, como el caso de Aguirre 2, cuya capacidad es de 450 MW, pero opera a unos 300 MW.

Como posibles medidas urgentes para atender la falta de generación que se anticipa, LUMA propuso traer unas barcazas que funcionan como plantas generadoras, traer generadores móviles, y eventualmente construir nuevas plantas generatrices, incorporar nuevas opciones de generación y baterías, entre otras.

Según expuso Gignac, el gobierno debería buscar cuanto antes fuentes de generación móviles en el rango de 300 a 500 MW adicionales, para tener un panorama de generación más estable en los próximos 12 a 18 meses y así poder disminuir el riesgo de apagones, además de proveer espacio para reparaciones y mantenimiento a las plantas existentes.

A preguntas del Negociado sobre cuán rápido se podrían poner a operar esas opciones de emergencia, Brian Walsh, director de regulación de LUMA, respondió que no podían decir con exactitud cuánto tomaría poner a funcionar cualquiera de esas opciones, pues dependería de las especificaciones de qué equipo pudiera ser. Agregó, sin embargo, que sea cual sea la opción que se acoja, tomaría meses ponerla a funcionar.

Welsh indicó que, según las indagaciones que han podido hacer, habría dos barcazas generadoras disponibles que podrían traerse, pero tomaría unos tres a cuatro meses traerlas y conectarlas al sistema. Por otro lado, las unidades pico móviles, que pueden alquilarse o comprarse, “en teoría podrían estar aquí en unas tres o cuatro semanas”, pero queda ver cuáles están disponibles, cuáles serían las más adecuadas, así como el asunto del combustible que necesitarían.