El cáncer de cérvix o de cuello uterino es el más frecuente entre las mujeres de 35 a 44 años, de acuerdo con datos de la Sociedad Americana Contra el Cáncer. También es uno de los más prevenibles, apuntó la doctora Anna Di Marco Serra, hematóloga oncóloga.

“Es detectable a tiempo y, cuando se detecta en etapas tempranas, lo podemos curar rápidamente”, aseguró la doctora con práctica privada en Ponce.

Explicó que el cérvix, también llamado cuello uterino, es la estructura que tiene la mujer entre la vagina y el útero. “Es como una dona que separa al útero de la matriz. Permanece cerrado y solo se abre al dar a luz”, describió.

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“El cáncer de cérvix ocurre cuando una célula que está en el área del cérvix hace mutación y empieza a cambiar su estructura. A diferencia de las células normales, que nacen y mueren, esa célula cancerosa no muere y se replica, formando una masa. Cuando se esparce por el cuerpo se llama metástasis”, detalló Di Marco.

Existen dos tipos de células en la superficie del cuello uterino: escamosas y glandulares. El cáncer de cérvix más común es el carcinoma de células escamosas. Puede ocurrir a cualquier edad, pero es más frecuente en mujeres jóvenes y en edad reproductiva.

“La causa más común es el virus del papiloma humano (VPH)”, destacó la médica. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), esta es la enfermedad de transmisión sexual más común en Estados Unidos. Se estima que nueve de cada diez mujeres lo contraen en algún momento de sus vidas, indicó Di Marco.

En la mayoría de las personas, el sistema inmune ataca al VPH y evita que haga daño, pero en un pequeño porcentaje de la población el virus sobrevive durante años y hace que las células se conviertan en cancerosas. Además, el VPH puede causar cáncer de cérvix y desencadenar la formación de cáncer de ano, pene, vagina, vulva y garganta, informa la Clínica Mayo.

Otros factores de riesgo de cáncer cervical son tener muchas parejas sexuales, tener actividad sexual a temprana edad (antes de los 18 años) y tener relaciones sexuales sin la protección de condones, ya que todas estas acciones incrementan la exposición al VPH. Di Marco agregó que fumar y el alto consumo de alcohol pueden impactar la capacidad del sistema inmune para atacar el virus, lo que aumenta la posibilidad de desarrollar cáncer de cérvix.

Aunque no suele producir síntomas en etapas tempranas, las mujeres con cáncer de cérvix en etapas avanzadas pueden presentar sangrado vaginal entre las menstruaciones o después de la menopausia, así como dolor durante la relación sexual y sangrado vaginal después de esta. “También pueden ser sangrados profusos, diferentes a los que usualmente tienes”, dijo.

Como puede ser asintomático o confundirse con la menstruación, se recomienda realizarse periódicamente la prueba del Papanicolaou, que consiste en recolectar células del cuello uterino. “La prueba la hace el ginecólogo en su oficina, de cada uno a tres años, dependiendo de la edad de la mujer. No duele y logra detectar células precancerosas”, detalló.

Agregó que, si se encuentran células precancerosas o cancerosas en etapas muy tempranas, el ginecólogo puede eliminarlas mediante procesos ambulatorios en el cérvix como la conización, a través de la cual se extrae un área de tejido en forma de cono; y la congelación o crioterapia, con la que se congelan las células anormales. “Seis meses después, hay que volver a hacer el Papanicolaou para saber si regresó el cáncer o si se quedó algo sin remover, pero, muchas veces, conque se haga el procedimiento en una o dos ocasiones, esas células anormales se van”, apuntó Di marco.

Si es un cáncer más avanzado, pruebas como el CT Scan y el MRI ayudan a saber en qué etapa está, dónde está el tumor o si hay metástasis. De esta información, así como de la edad de la mujer y su interés en tener hijos, depende el tipo de tratamiento que recibirá, que puede ser quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia y cirugía para remover el tumor.

Además de la prueba del Papanicolaou, la que se recomienda que las mujeres se hagan regularmente una vez empiezan a tener actividad sexual, otra herramienta para prevenir el cáncer cervical es la vacuna contra el VPH. “Es el único cáncer que podemos prevenir con una vacuna”, destacó Di Marco. “Se aplica en tres dosis, a partir de los 9 años, a nenas y nenes. También se puede aplicar a mujeres adultas de hasta 45 años”.

La inoculación ayuda a evitar la propagación del VPH y a que, en caso de contagio, el cuerpo ataque el virus y no se desarrollen células precancerosas. “Gracias a esta vacuna, está previsto que entre 2030 y 2035 podamos erradicar el cáncer de cérvix en la población joven”, resaltó.

El artista Lex Tirado creó una serie de ilustraciones bajo el nombre Las Meninas de Rhaiza, y el pañuelo Jardín Teal, inspirado en las flores y elementos de la naturaleza.
El artista Lex Tirado creó una serie de ilustraciones bajo el nombre Las Meninas de Rhaiza, y el pañuelo Jardín Teal, inspirado en las flores y elementos de la naturaleza. (Suministrada)

Este mes, bajo el acrónimo T.EA.L. (Take Early Action & Live), se está llevando a cabo la campaña de concienciación y alerta contra el cáncer cervical del movimiento Las Voces de Rhaiza Vélez Plumey —¡Mujer, Que Nada Te Detenga!,— que exhorta a todo Puerto Rico a unirse a la iniciativa de Voces Coalición de Inmunización y Promoción de la Salud de Puerto Rico.

La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.