El sociólogo ambiental Nelson Álvarez Febles propuso que se adopte una política pública agrícola para potenciar la agroagricultura para contrarrestar la inseguridad alimentaria dentro de un clima de soberanía alimenticia, a pesar de la condición colonial de Puerto Rico.

Álvarez Febles, sostuvo que se debe regresar a la agricultura que no dañe los terrenos como en 1939, cuando se producía alimentos para la mayor parte de la población, pero al cambiar la dieta para incluir productos importados, se generó una agricultura para la exportación con el café y el azúcar como productos principales.

“El agricultor siembra para la familia, los vecinos y las sabandijas”, manifestó al indicar que la agricultura siempre será una intervención del ser humano con la naturaleza, y siempre se pierde algo, una tercera parte de lo sembrado y cultivado, destacó.

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Álvarez Febles, quien además es abogado y autor de los libros “Sembramos a tres partes”, “El huerto casero: manual de agricultura orgánica”, y “La Tierra Viva: manual de agricultura ecológica”, señaló que aun dentro del marco colonial que vive Puerto Rico, y la crisis fiscal que le afecta, es posible desarrollar una política pública alimentaria capaz de generar alimentos para toda la población por buen tiempo, ya que dentro del marco actual se importa el 85 por ciento de los alimentos.

Sostuvo que de la colonia se puede pasar a la sabiduría alimentaria, haciendo uso adecuado del Plan de Uso de Terrenos que protege 600 mil cuerdas para la agricultura.

Elogió que las fincas nuevas con el concepto agroecológico estén siendo desarrolladas por jóvenes universitarios que están conscientes de la importancia de pesticidas ecológicos que no intervienen agresivamente con los terrenos como los que se fabrican en las grandes empresas multinacionales.

“El cuento de que la agricultura ecológica era de un hippie que cultivaba 4 lechugas se acabó. Ahora existe una amplia posibilidad de alimentar todo un país”, expresó durante la presentación del libro “Sembramos a Tres Partes: Los surcos de la agroecología y la soberanía alimentaria”, en la librería El Candil, de Ponce.

“Para esta agricultura se requiere cambiar la manera de pensar, venimos de un sistema donde 2 + 2 es 5”, manifestó al indicar que se parte de la premisa de que la agricultura es desarrollo económico y negocio solamente, y no un sistema social y filosófico.

Recalcó que durante el Siglo 20 se perdió el 75 por ciento de variedades alimentarias, mientras que por otro lado se desarrollaron variedades de laboratorio.

Destacó que la organización de las Naciones Unidas ha establecido que se produce alimento para 12 mil millones de habitantes, pero por la política mercantilista se botan cada año 1,300 millones de toneladas, creando problemas de hambruna en muchos países y en otras deficiencias.

Álvarez Febles sostuvo que la agroecología promueve la salud del ecosistema, no usa tóxicos sino pesticidas que no son dañinos para el ser humano y la naturaleza, como la composta y otras combinaciones naturales.

Manifestó que actualmente hay 120 fincas agroecológicas administradas por universitarios, pero si se desarrolla una política pública para su desarrollo con 24 mil fincas agroecológicas, se podrían generar 110 mil empleos.

Sin embargo, admitió que “el establishment agrícola se niega a considerar estas propuestas”, porque existen intereses múltiples que impide desarrollar una política nacional agroecológica que potencia el Plan de Uso de Terrenos.