PARKLAND, Florida.– El día antes del tiroteo en la escuela Marjory Stoneman Douglas de esta ciudad, Jomarie Cortés -una radióloga boricua radicada aquí hace cinco años- visitó la tienda Dollar Tree cerca de su comunidad a comprar unos globos para la fiestecita de San Valentín que tendría su hijito de tres años en un centro de cuido al lado del plantel donde ocurrió la fatal balacera.

“Cuando divulgaron hoy (ayer) la foto del que disparó, me doy cuenta que ese fue el muchacho que me cobró los globos”, contó la mujer natural de Guaynabo y vecina de Parkland, una ciudad que el año pasado fue declarada como la más segura de Florida, según informe de la National Council for Home and Security con sede en Washington.

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En la escuelita de su hijito también se activó el código rojo cuando se desató la balacera. Esa es la alerta que pone en vigor un protocolo para que los estudiantes y maestros se encierren en sus salones, busquen refugio, apaguen las luces y guarden silencio absoluto hasta que reciben aviso de que el peligro pasó. “Mi niño estuvo varias horas encerrado con su maestra en un closet”, dijo Cortés, que se mudó aquí porque las escuelas aquí son excelentes, según ella.

“Pero esto me ha hecho ver que la violencia no respeta límites geográficos, que esto puede pasar donde quiera y podría repetirse. Siento que no estamos exentos”, contó la puertorriqueña quien, como muchos, emigró a este estado buscando la tranquilidad que ya no tenía en Puerto Rico. “Pero la verdad es que no hay lugar seguro”, sentenció.

En entrevista separada, el también médico urólogo puertorriqueño Omar Ortiz cuestionó los pocos controles en torno al negocio de venta de armas. Según dijo, nadie que argumente que necesita un arma para defenderse requiere una AR-15, como la que se usó el tiroteo fatal de Parkland, considerado ya como uno de los más letales en la historia de Estados Unidos.

El miércoles, y en circunstancias que aún se investigan, Nikolas Cruz, entró al plantel del cual había sido expulsado por problemas disciplinarios y abrió fuego. En el incidente murieron 17 personas, jóvenes y adultos. Otras 14 personas sufrieron heridas y están internados.  Usó un arma AR-15, según la policía. El abogado de Cruz le dijo al diario Fort Lauderdale Sun Sentinel que esa arma fue obtenida por el joven de manera legal.

Otros medios locales indican que en una ocasión, y mientras era estudiante en ese plantel, las autoridades escolares encontraron balas en la mochila del joven, razón por la que fue expulsado. Otros mencionan una pelea que tuvo con el novio de su expareja sentimental, como el motivo de la suspensión. Pero el estudiante Zachary Walls, que está en el grado 12 de la escuela donde ocurrió la balacera, dijo a El Nuevo Día que a Nikolas Cruz lo suspendieron porque llevaba un cuchillo en su bulto.

“No lo conocía pero una vez se me acercó para pedirme agua. Le di mi botella, tomó un poco y escupió el agua en el piso. Entonces se echó a reír. Eso fue muy raro”, dijo a este diario.

Las avenidas que dan acceso a la escuela están cerradas, lo que ha generado ataponamientos en esta tranquila ciudad. En repetidas ocasiones durante la mañana y tarde de ayer se observaron patrullas que discurrían a toda velocidad y con sus sirenas encendidas.

El sheriff del Condado de Broward, Scott Israel, explicó que habían estado atendiendo varias llamadas en las que se denunciaron tiroteos en otros planteles y que al parecer eran falsas alarmas. “Los imitadores que están haciendo llamadas innecesarias serán procesados”, advirtió el funcionario.

Cruz fue acusado de 17 cargos de asesinato premeditado, acción que bajo la ley de Florida constituye un crimen capital y cumple con los agravantes que podrían considerarse para que se recomienda la pena de muerte, según el estatuto de este estado. Esta pena solo podría imponerse si un jurado lo recomienda de forma unánime. Entre 1973 y el 2017 el estado de la Florida ha ejecutado a 92 personas, según la página web del Departamento de Corrección de Florida.

El joven está encarcelado sin derecho a fianza y cuando acudió ayer ante el magistrado, quien halló causa, no emitió ningún comentario. Sus abogados dijeron que el joven se acogía a su derecho a no decir nada.

Ayer, en una rueda de prensa efectuada bajo el puente del expreso Sawgrass en Parkland y desde donde se ve el plantel escenario del fatal tiroteo, Robert Lasky -funcionario del Negociado Federal de Investigaciones (FBI) confirmó que en el 2017 se recibió una confidencia de un bloguero de la red social de videos YouTube sobre una posible balacera en ese plantel. Se trató de un comentario que alguien que se identificó como “Nikolas Cruz” y que leía “Seré un pistolero profesional”.

Pero el funcionario del FBI dijo que nunca pudieron identificar ni contactar al autor del mensaje.

Informes de prensa locales indican que Cruz -que mide cinco pies, siete pulgadas y pesa 131 libras- fue adoptado por Roger y Linda Cruz. Roger murió en el 2002 y Linda el pasado mes de noviembre de una enfermedad respiratoria. Luego de eso, el joven fue acogido por una familia de la comunidad y comenzó a trabajar en la tienda Dollar Tree de Parkland. Esta tienda estaba cerrada ayer.

“Aquí falló el estado porque si ese joven estaba huérfano y había sido expulsado de la escuela por problemas de conducta, las autoridades debieron haber dado alguna ayuda y no dejarlo así con tantas banderas rojas que se estaban levantando”, dijo a este diario Shirley Gabriel, maestra del Condado de Broward y cuyos dos sobrinos recién habían sido matriculados en la escuela donde ocurrió el tiroteo. Se mudaron aquí desde Orlando.

“Mi sobrina Nariah Kashelle estaba en el tercer piso justo al lado del salón donde comenzó el tiroteo. Ella me contó que primero escuchó la alarma de fuego y la maestra los comenzó a sacar del salón pero cuando empezaron a escuchar disparos, la maestra regresó con todos al salón y se metieron en los armarios. Está devastada, pues cuando la Policía la sacó del salón, mientras caminaba vio los cuerpos sin vida de otros niños”, contó. “Marcus, mi otro sobrino, se salvó porque salió de la escuela luego que sonó la alarma y cuando empezó el tiroteo corrió a toda prisa, saltó una verja y se fue de allí”, dijo.

El gobernador de Florida, Rick Scott, y quien se movió a esta ciudad adelantó ayer que la semana que viene pedirá a los legisladores de su estado que se promulgue legislación que ayude a evitar que hechos como este se repitan.

“La violencia tiene que terminar. No podemos perder otros niños en situaciones como esta”, afirmó, al señalar que los familiares de las víctimas pidieron un espacio a los medios noticiosos para manejar la pérdida de sus seres queridos.

Anoche se efectuaría una vigilia en el parque Pine Trails en donde desde temprano en la tarde una multitud de jóvenes se comenzaban a congregar para el evento. Se observaron jóvenes llorando. Otros se abrazaban compungidos.

“Mi corazón está roto y nuestra comunidad está tan afectada que hay muchos que dicen que no quieren regresar a la escuela. Ya han ocurrido demasiados tiroteos en las escuelas y hay que hacer algo ya”, dijo la estudiante Olivia Prochilo, quien también estudia en la escuela superior Marjory Stoneman Douglas.

En Puerto Rico, el gobernador Pedro Rosselló se unió al duelo decretado ayer por el presidente de Estados Unidos Donald Trump y ordenó que las banderas de Puerto Rico ondearan a media hasta el lunes. “Nuestras oraciones están con los familiares de las víctimas de este terrible ataque y la comunidad afectada”, dijo el gobernador.