“Un error”, así describió la directora de la Autoridad de Trasporte Marítimo (ATM), Mara Pérez, la decisión de trasladar en estos momentos de Fajardo a Ceiba el terminal de lanchas que le ofrece servicio a los residentes de Vieques y Culebra.

Este movimiento fue impulsado por el renunciante gobernador, Ricardo Rosselló Nevares, a pesar de recibir la desaprobación de los alcaldes de la zona, así como de los viequenses y culebrenses.

En ese entonces, fungía como director de la Autoridad Juan Maldonado, quien renunció en febrero luego de autorizar la utilización de un ferry para que llevaran camiones con suministros para una boda de un millonario en la Isla Nena, lo que provocó que decenas de residentes tuvieran que esperar hasta 12 horas para llegar de Ceiba a Vieques.

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“Yo entiendo que no fue el momento adecuado [para el traslado del terminal a Ceiba]. Realmente, no sé por qué lo hicieron, pero la realidad del caso es que fue atropellado. Se cometió un error porque debería haber estado listo para entonces poderse mudar”, admitió Pérez en el programa Jugando Pelota Dura, de Univision.

Aunque fue enfática en que “esta es una situación de muchos años”, aceptó que desde su llegada al puesto de directora no ha ordenado una investigación para saber por qué no se les daba mantenimiento a las lanchas en el pasado.

El terminal seguirá igual por cuatro meses

Los viequenses realizaron una manifestación el lunes en la que le retrasaron a Pérez su salida de Vieques, pues querían que la funcionaria viviera lo mismo que ellos sufren a diario con las lanchas de ATM.

“La protesta de nosotros es que entendíamos que Mara tiene que sentir lo que realmente nosotros sentimos porque no es que ella se siente aquí y nos diga que esto es un proceso que no se arregla de hoy para mañana, eso nosotros lo entendemos. Pero aquí hay unas cosas que se pueden resolver de manera inmediata. Allí tenemos un terminal que no tiene ni baños. Allí la gente duerme en el piso. Allí están debajo de unas carpas que, precisamente, las aves tienen excremento en el piso. Son cosas que se pueden resolver de manera inmediata”, sostuvo el líder viequense Carlos Zenón en el programa.

Inmediatamente, la funcionaria le salió al paso: “Esas cosas se han arreglado”, dijo, para luego aclarar: “lo de las carpas todavía no se puede hacer nada porque estamos haciendo la estabilización bajo la EPA [Agencia de Protección Ambiental, en español], de la orden administrativa. Por eso es que no se ha hecho una construcción. Tengo baños portátiles, pero no puedo poner baños adicionales porque no puedo construir hasta que salgamos de la orden administrativa de la EPA”.

Según Pérez, aún faltan “de unos tres a cuatro meses” a lo que terminan la estabilización para luego comenzar las construcciones.

La funcionaria sostuvo que tampoco puede volver a ubicar el terminal en Fajardo porque “está peor”.

Una "rehén" sin amenazas

Asimismo, a pesar de reiterar que se consideraba esa noche del lunes como una “rehén”, no pudo precisar haber recibido amenazas a su integridad física, sino que solo se suscribió a gritos de los residentes. Además, admitió que ella misma se encerró en la boletería por “miedo” y que nadie la tocó físicamente.

Pérez fue sacada de la isla municipio en un helicóptero de las Fuerzas Unidas de Rápida Acción, a pesar de que reglamentos federales prohíben que estas naves transporten ciudadanos. Un piloto fue amonestado por negarse a trasladar a la funcionaria, acción tomada por el comisionado del Negociado de la Policía, Henry Escalera. La represalia provocó críticas de varios sectores, incluyendo la del presidentedel Senado, Thomas Rivera Schatz.

Lo comparan con caso de bebé

El panelista Álex Delgado trajo a colación la comparación de esta situación con la que vivió una familia de Vieques que necesitaba trasladar a la isla grande a su recién nacido enfermo, pero no encontraban la manera debido a la paralización de los servicios de transporte por el paso cercano de la tormenta tropical Karen. En este caso se tuvo que utilizar un helicóptero de la Guardia Nacional.

“Para el bebé, estuvieron de cinco a seis horas, decidiendo, para salvar la vida de un niño”, dijo Delgado.