Miami.- Ante el inminente fin del curso escolar y la llegada del verano, varias asociaciones sin ánimo de lucro están preocupadas por la situación en que quedarán en el sur de Florida unos 287,000 alumnos de familias de bajos recursos privados de una alimentación adecuada.

Varias asociaciones sin ánimo de lucro se movilizan más a fondo todos los años en estas fechas para tratar de paliar las necesidades alimentarias que afrontan los niños sin recursos radicados en el sur de Florida durante sus vacaciones escolares.

"Uno de cada cuatro niños del sur de Florida (287,650) batalla con el hambre", es decir, un 25 % del total, una cifra superior en un 5% a la media nacional, resaltó a Efe Paco Vélez, presidente de Feeding South Florida, una asociación sin ánimo de lucro muy activa en la lucha con la "inseguridad alimentaria".

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Si bien durante el año escolar, unos 380,000 menores reciben gratuitamente (o a muy bajo precio) el desayuno y almuerzo en los comedores colegiales, la cena queda excluida, por lo que "muchos de ellos se van a la cama con hambre", precisó Vélez.

Un situación que se agrava en las vacaciones de verano, ya que la ayuda alimentaria se reduce de forma drástica al cerrarse los comedores colegiales.

Por ello, asociaciones como Feeding South Florida o Abriendo Puertas prestan con sus programas de alimentación un servicio impagable a los padres de familia más desfavorecidos de la comunidad, que se ven "incapaces de alimentar a sus hijos a la cena y, sobre todo, los fines de semana", puso de relieve Vélez.

"Muchos niños durante el curso escolar, al salir del colegio, no tienen nada de cena en sus casas, algo que tratamos de cubrir con nuestro programa "Backpack", que incluye, para el fin de semana, dos desayunos, dos almuerzos y dos cenas".

Y ahora, en verano, este mismo programa provee a los niños fiambreras y bolsas para sus mochilas que incluyen las comidas esenciales del día: desayuno, refrigerio, comida y cena.

Vélez precisó la magnitud del drama de muchas familias durante el tiempo de vacaciones de verano, con una caída del 10 % en el número de niños que recibe alimentos, un fenómeno agravado "porque los padres no saben dónde van a conseguir la comida" para sus hijos.

Por ello, esta organización, una de las más activas de Florida, junto al Departamento de Agricultura de EE.UU., se vuelca en estas fechas en la tarea de "conseguir y distribuir las comidas necesarias para los niños, como el desayuno y el almuerzo".

Hablamos de una "inseguridad alimentaria" que afecta sobremanera a los condados de Palm Beach, Monroe, Broward y el más poblado, Miami-Dade, según esta organización fundada en 1981.

"Es una situación muy preocupante; solo en el condado de Miami-Dade, durante el verano, más de 30,000 niños hijos de inmigrantes pobres, la mayor parte de origen latino y haitiano", se ven no solo privados de una alimentación adecuada, sino que pasan hambre, dijo a Efe J.C. de la Torre, director ejecutivo de Abriendo Puertas.

Abriendo Puertas, con centros en La Pequeña Habana y North Miami Beach (de mayoría haitiana este segundo), recibe ayuda de fondos federales y donaciones particulares que le permite prestar asistencia alimentaria continuada a unos 300 niños al año.

Flor Morales, también de Abriendo Puertas, relató a Efe la situación de crisis que viven muchas familias latinas del sur de Florida, que no tienen más remedio que formar cola para recibir alimentos en la entrada de los centros.

"Distribuimos comida gratis en un de nuestros centros una vez al mes, y, a menudo, hasta más de 400 personas tienen que hacer cola, el 90 % latinos", explicó la activista con preocupación.

"Hay una gran necesidad, la situación es crítica por el aumento del precio de los alimentos", lo que repercute, comentaron De la Torre y Morales, en la deficiente alimentación de los menores, para los cuales la organización ha puesto en marcha un programa de entrega de comida para los fines de semana.

"Los niños pasan hambre los fines de semana. No tienen qué comer", insistió Morales.

Y es que los bajos salarios unidos a la falta de acceso al consumo de alimentos frescos y saludables condena a muchos niños del sur de Florida a una dieta desequilibrada y pobre.

Una situación de carencia que conduce, subrayó Feeding South Florida, a un bajo resultado escolar, problemas de comportamiento de los menores, reducción de las capacidades cognoscitivas y a problemas de salud a corto y largo plazo, tales como diabetes, obesidad y presión alta.

Según esta organización, unos 150 millones de kilos de fruta y verduras frescas son tirados a la basura en Florida cada año, un estado que ocupa el puesto duodécimo en EE.UU. en "inseguridad alimentaria" de menores.