Cataño – Vivian Torres ha vivido sus 58 años en la Barriada Juana Matos, desde este municipio. Esta mañana, bajo la leve llovizna, barría frente a su residencia sin poder creer que su propiedad, ubicada a pocos metros metro del Caño La Marla, no estuviera inundada con tanta lluvia depositada por la tormenta Isaías.

“No se ha inundado nada”, dijo Torres. “Esto estaría inundado. Si estuviéramos como estábamos antes, estaría inundado… hay demasiada de mucha limpieza”, contó la mujer a Primera Hora.

Este diario hizo un recorrido por el municipio junto al alcalde Félix “El Cano” Delgado, quien atribuye el control de inundaciones en el pueblo tanto al trabajo de mitigación que mencionó Torres como al sistema de bombas de succión donado por el Cuerpo de Ingenieros tras el paso del huracán María.

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Cataño es un pueblo susceptible a inundaciones por dos factores principales: es un municipio costero y por su territorio pasa el Caño La Malaria, que recibe escorrentías de otros municipios como Aguas Buenas, Guaynabo y Bayamón. Esta mañana la calle Atalaya, del sector Puntilla, tenía menos de un pie de agua acumulada, al igual que las calles Amparo y Gómez, en Juana Matos.

En la carretera PR-5 había cierta acumulación de agua, pero la vía estaba transitable en ambas direcciones.

“Esas bombas llevan esas aguas del caño al mar. Por eso es que los niveles se mantienen controlados y la mitigación funcionó más rápido. Si no tuviésemos esas bombas, prácticamente estuviera inundado en todas las partes de nuestro pueblo”, sostuvo Delgado en medio de un recorrido junto a este diario.