La artritis reumatoidea es una enfermedad inflamatoria causada por un daño en la regulación de nuestro sistema de defensa interno (enfermedad autoinmune). Esto causa que se   produzcan  anticuerpos contra las articulaciones y otras partes del cuerpo. 

Estos anticuerpos comienzan una cascada de eventos internos en los tejidos de  nuestro cuerpo, que producen  inflamación e incluso daño permanente en las áreas afectadas. Las articulaciones son las áreas más comúnmente atacadas y las que podemos  ver con más facilidad. 

La artritis en niños

En niños existe una forma de artritis inflamatoria parecida a la artritis reumatoidea, conocida como Artritis Idiopática Juvenil Sistémica (SJIA, por sus siglas en inglés). La misma es también una enfermedad crónica y progresiva. A diferencia de  la población adulta, esta afecta de igual manera a niños y niñas, y se puede presentar  tan temprano como en el primer año de vida. 

Relacionadas

En los niños y adolescentes, la presentación puede ser diferente y esto puede causar un retraso en que se haga el diagnóstico temprano. Los niños pueden desarrollar fiebre, agrandamiento de los nódulos  linfáticos  y erupciones intermitentes  como un síntoma inicial.  Las articulaciones también se ven afectadas por enrojecimiento, hinchazón, dolor y rigidez. 

Es importante comprender que estas formas de artritis inflamatoria necesitan atención temprana para evitar, si es posible, el daño permanente a las articulaciones y la pérdida de función física, lo que sería el curso natural de la condición si no es tratada. Estudios comprueban que con el cuidado de un reumatólogo, pacientes tienen mayor probabilidad de preservar función física y hasta lograr la abolición de sus síntomas (remisión). 

La autora, la doctora Noemí Varela Rosario,es reumatóloga y presidenta de la Fundación de Puertorriqueña de Enfermedades Reumáticas.