NUEVA YORK- A Beth Hoppe le encantan las series dramáticas de televisión. Pero incluso con un grabador de video digital y servicios bajo demanda que le permiten verlas cuando quiera, no hay tiempo suficiente para ver todo lo que tiene en su lista.

Como programadora jefe de PBS, Hoppe tiene motivos de trabajo para mantenerse al día. Así que si ella se siente sobrepasada, ¿cómo podemos seguir el ritmo los demás?

Pero de todos los cambios en televisión, ninguno es tan profundo como el enorme volumen de material disponible. Desde la NBC "About a Boy" a "Z Nation" de SyFy, en 2014 se emitieron 352 series de guión original en televisión en abierto, canales de cable y servicios en internet. Eso sin contar noticias, deportes, programas de conversación, documentales, películas o programas de telerrealidad.

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En 1999, la televisión por cable ofreció 26 series originales en horario de máxima audiencia. La cifra el año pasado fue de 199, un aumento del 665 por ciento. Además, en 2014 había otras 24 series en Netflix, Amazon o Hulu, servicios que no existían como programación original hace 15 años.

El ritmo no hace más que subir. La cantidad de series originales, sólo en el horario de máxima audiencia de canales de cable, se ha casi doblado desde 2010, según FX Networks, que hace un seguimiento de los programas.

"El volumen de competición es literalmente descabellado", dijo John Landgraf, director ejecutivo de FX.

Antes, las cadenas de cable podían hacer negocio ofreciendo sobre todo películas y reposiciones de viejas series. "Eso se acabó", dijo Hoppe.

Ahora, los espectadores pueden seleccionar una película vieja siempre que quieran a través de un servicio en internet sin esperar a que una cadena la ponga, señaló Alan Wurtzel, investigador jefe de NBC Universal. Pese a éxitos ocasionales como "The Big Bang Theory", el interés por episodios de viejas temporadas también está decayendo, debido en parte a la gran cantidad de material nuevo disponible. Y en internet también se pueden alquilar temporadas pasadas para ver una maratón de muchos capítulos.

Diferenciarse resulta ahora crucial. Las cadenas necesitan programas que establezcan su identidad. ¿Qué era AMC antes de "Mad Men"? ¿O IFC antes de "Portlandia"? ¿FX antes de "Rescue Me"?

"La gente no quiere hacerse seguidora de Lifetime porque durante un tiempo puso 'Golden Girls''', dijo Tim Brooks, autor de "The Complete Directory to Prime Time Network y Cable TV Shows". "Pero cuando produces programas originales, especialmente los que destacan, vuelve a la cadena buscando el siguiente estreno".

Brooks y el coautor del libro Earle Marsh actualizaron el texto para una novena edición en 2007. Pero ya no más. Hay demasiados programas.

Quizá el mercado llegue a un punto de saturación, pero por ahora no está a la vista. El mercado no castiga el fracaso, señaló Landgraf. Las series sin éxito desaparecen, pero a las cadenas rara vez les ocurre lo mismo.

Para los espectadores es como si nunca hubiera descanso. Parece que cada semana hay un estreno o un comienzo de temporada. Ese ritmo hace a los auténticos éxitos, como el que consiguió Fox con "Empire" en las últimas semanas, cada vez más raros.

Hace una década, un directivo de televisión podía anunciar un programa y tener la tranquilidad de que la posible audiencia se vería motivada a verla, sabiendo que podrían perderse una parte de la conversación cultural, dijo Landgraf.

"Ahora, ¿por qué iba alguien a prestar atención al marketing de televisión?", dijo. "Hay demasiadas series. La mayoría no son muy buenas. Las buenas van a sobrevivir y sabrá de ellas en algún momento. Para cuando las conozca, podrá ir atrás con facilidad y ponerse al día. Puede ahorrar tiempo siendo darwiniano. Diciendo 'No voy a prestar atención a la televisión, sólo esperaré a que sobrevivan las más aptas'''.

Si el abarrotado mercado ofrece una ventaja para los productores, es que hace a los directivos más propensos a dar una oportunidad a las series. A menudo, no pueden estar seguros de inmediato de si el público ha rechazado un programa o simplemente aún no lo ha encontrado.

La competencia obliga a los creadores a trabajar sus ideas, aumentando la presión para crear algo único.

"Estamos en un mundo gobernado por la pasión, donde la conversación social es tan importante y donde la gente puede ver lo que quiere ver cuando quiere verlo", dijo el presidente de entretenimiento de ABC, Paul Lee. "Así que van a ver las series que de verdad les gustan, las que les apasionan".

Los directivos tienen una expresión para eso. Dicen que la era de "la televisión menos objetable" ha muerto.