Tras establecer que el Impuesto del Valor Añadido (IVA) irá contra los estudiantes, la superintendente de Escuelas Católicas de la Arquidiócesis de San Juan de Puerto Rico, Ana Cortés, afirmó este viernes que el cambio en el sistema contributivo generará un cuadro “devastador” para la educación privada.

Advirtió que la cadena de consecuencias que se generaría va desde los problemas que enfrentarán las familias para costear los colegios, hasta el despido de empleados de estas instituciones educativas.

La reacción surge a varios días de que el gobernador Alejandro García Padilla estipulara que, como parte de la reforma contributiva, la educación primera y secundaria deberá pagar el nuevo impuesto.

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“La mensualidad promedio que pagan los padres por los servicios educativos por hijo es de aproximadamente $300 por mes. En diez mensualidades, un padre estaría pagando solo en mensualidades $480.00 en impuestos por estudiante, esto es sin contar el impuesto a las matrículas, cuotas, libros, entre otros. Nos consta que muchos padres no van a poder con esta carga, por lo que se verían obligados a sacar a sus hijos e hijas de los colegios. Esto es devastador, porque una baja considerable en la matrícula implicaría desde despidos de empleados, reducción de beneficios y pudiera poner en riesgo la existencia de algunas escuelas dependiendo de la magnitud del impacto de este impuesto”, indicó la profesora Cortés.

Añadió que “es un mito pensar que la mayoría de los estudiantes de las escuelas católicas son ricos o que las escuelas privadas sirven principalmente a las élites. Esto no es cierto. En su mayoría nuestras escuelas prestan servicios a padres y madres que hacen un gran sacrificio para costear la educación de sus hijos e hijas. La mayoría de nuestras escuelas sirven a las clases media, obrera y otras a las clases más pobres. Aquellas escuelas consideradas de clase alta, nos consta que ofrecen muchas becas a los pobres y ayudan económicamente a otras escuelas pobres. Todo esto es un alivio para el Gobierno”.

Prosiguió, al estipular que “también es un mito pensar que las escuelas católicas están ricas. La mayoría de nuestras escuelas están padeciendo los altos costos operacionales a consecuencias de las altas tarifas de agua, luz, teléfono y tecnología. Sé de los esfuerzos de los administradores escolares por lograr la sostenibilidad económica de las escuelas en medio de la recesión económica, los altos costos operacionales y la pérdida de matrícula, debido a la situación económica de los padres, la pérdida de empleos, la ola migratoria y factores demográficos. Si todo esto era preocupante, ahora con el IVA es aterrador”.

Asimismo, la superintendente de los colegios católicos afirmó que la realidad es que el IVA a la educación privada será contra los estudiantes.

“Aunque la propuesta se ha presentado como un impuesto a los servicios de educación privada, en realidad es un impuesto a los estudiantes; es un impuesto por estudiar en una escuela privada; un impuesto por optar por escuelas que no sean las del Estado”, sentenció.

Dijo que sería injusto cargar a los padres con este nuevo impuesto, pues ya pagan contribuciones por la enseñanza en el sistema público, porque pagan para que sus hijos reciban educación privada de “más alta calidad” y porque también pagarían por el IVA en otras instancias.

Ante el panorama que anticipan se vivirá, la superintendente de Escuelas Católicas de la Arquidiócesis de San Juan de Puerto Rico organizará una reunión entre directivos de los colegios para unir fuerza para rechazar el nuevo impuesto.

Como anticipo a las medidas que tomarían, Cortés hizo un llamado al gobernador a que reconsidere el efecto que tendría el IVA en la educación primaria y superior privada.

“En una democracia, la libertad de poder escoger cómo y dónde educar a los hijos e hijas debe ser un valor insustituible”, concluyó.