El fiscal federal Marshal Morgan se defendió de una imputación de procesamiento selectivo en un caso que se radicó contra un residente de Puerto Nuevo por supuestamente transportar a una menor de 15 años de edad para prostituirse.

Mediante una moción, Morgan estableció la diferencia al indicar que el acusado, identificado como José Héctor Guivas Soto, conocía la edad de la víctima, a diferencia de los otros individuos que tuvieron contacto con la menor en enero de 2014. 

Según la denuncia, Guivas Soto transportó a la joven a un club nocturno donde ésta conoció a un grupo de estadounidenses que posteriormente le pagaron para sostener relaciones sexuales en una residencia de Ocean Park.

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La defensora pública, Yasmín Irizarry, radicó una moción solicitando la desestimación del caso por procesamiento selectivo.  

“El Gobierno decidió acusar a Guivas, el puertorriqueño, por transportar a una menor que hasta ese momento no había sido lastimada (en el club nocturno) Lips.  Por el contrario, el gobierno optó por no acusar a ninguno de los hombres que coaccionaron y que en efecto transportaron a la joven a un lugar donde se sostuvo sexo a cambio de dinero”, lee la moción.

Pero Morgan sostuvo que la abogada no provee ninguna información para sustentar su alegato de procesamiento selectivo y subrayó cómo las autoridades federales han manejado casos similares en el pasado. 

“El Gobierno de Estados Unidos no puede decir con certeza que los estadounidenses sabían o que tenían motivos para saber que cuando entraron legalmente a Lips para celebrar una fiesta de solteros entrarían en contacto con una bailarina exótica de 15 años de edad”, lee la moción del fiscal.

“Es increíble imputar una alegación de discrimen por el que suscribe contra un puertorriqueño.  Hay una razón legítima para tratar a este acusado de una manera diferente y esto no tiene nada que ver con su raza o nacionalidad”, sostuvo Morgan en el escrito, que reveló detalles de la investigación que se realizó contra Guivas Soto.

El sujeto supuestamente recogió a la menor en su motora cuando esta caminaba sola en las inmediaciones del residencial Luis Lloréns Torres luego de sostener una pelea con un familiar. 

Las autoridades aseguran que la joven le dijo al individuo su nombre, edad y que había viajado desde Georgia con su familia, pero que el acusado procedió a llevarla a su residencia en Puerto Nuevo. 

Se desprende de la moción que la joven llamó a su madre por teléfono y que la familia le pidió que regresara. De hecho, las autoridades aseguran que un familiar de la adolescente le envió al acusado un mensaje de texto para avisarle que la joven era una menor de edad y que la Policía de Puerto Rico había sido notificada de su desaparición.

Pero el acusado procedió a llevar a la joven a un club nocturno donde conoció a un grupo de estadounidenses que celebran una fiesta de soltero. La menor trabajó un turno como bailarina exótica en el club y, al finalizar su turno telefoneó a Guivas Soto, pero al no conseguirlo, llamó a los estadounidenses, quienes la transportaron a Ocean Park en un taxi. La adolescente aparentemente cobró $120 para sostener relaciones sexuales en tres ocasiones, pero luego llamó a las autoridades desde un restaurante de comida rápida.