MÉXICO, D.F.- Si alguien sabe hacer una fiesta en el Auditorio Nacional es Ricky Martin que dentro de su One World Tour demostró bailando que no le importa el qué dirán y con música pidió por los niños en pobreza y la cicatrización social por los países que necesitan sonrisas.

El júbilo de los presentes se despertó a las 9:17 p.m. de ayer,  cuando el puertorriqueño derrochó pasos de baile acompañado por ocho bailarines en "Mr. Put it down" justo después de que uno de sus cuatro cubos formados por dos pantallas cada uno subiera para dejarlo a él, elegante con un traje negro, bajar al escenario desde una tarima.

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"Muy buenas noches Ciudad de México", dijo brevemente para animar al coloso de Reforma que estaba abarrotado. Así siguieron "This is good" y "Drop it on me" en la cual se quitó el saco y hasta la corbata dejando ver sus tatuados brazos.

Acompañado por ocho músicos y un corista emocionó con los acordes de "Shake your bon bon" donde en cada movimiento despertaba pasión. Con el pedestal en la mano sonrío a su público y les dirigió unas palabras antes de pasar a un momento más romántico: "Yo estoy feliz de estar de vuelta en esta maravillosa tierra, en casa con amigos sin duda alguna. ¿México estás listo para ser feliz, sí o no? Y lo digo porque esa palabra quiero que la tengamos presente; quiero que volemos esta noche, que tomamos riesgos y que no tengamos miedos de sentir", expresó en una noche en la que prometió recordar viejos tiempos así como pasar por el romanticismo y el baile.

"Quiero que te vayas esta noche sin voz y que sudes mucho, pero que estés contacto con tus emociones", siguió antes de "Tal vez".

Un motor arrancó y de esa forma salió un coche color azul con Ricky (ahora vestido de negro y tennis) parado en el cofre poniendo toda su energía al ritmo de "Livin la vida loca" para dejarse ver con una falda en "It's alright".

Arriba de las escaleras iluminadas con focos rojos que formaron parte de su producción puso voz a "She bangs". Un video mostró su lado humano y social al preocuparse por los niños desprotegidos y sus derechos con "Asignatura pendiente", saliendo otra vez de la tarima sobre una de las pantallas y nuevamente de blanco, aunque descalzo.

Los sentimientos al flote tomaron una fuerza mayor con "Tu recuerdo" y "Disparo al corazón" tras de la cual se quedó tan impresionado de las muestras de cariño que nervioso respondió con risas agradeciendo los aplausos de los cuales viven los artistas, demostración que se lleva a casa y que para él no tiene precio.

Los coros no tardaron en aparecer, pues estuvo dispuesto a cambiar su repertorio inicial por un medley que incluyó "Todo queda en nada" y "Fuego de noche, nieve de día", para cerrarlo con "Vuelve".

El primer sencillo de su disco A a Quien Quiera Escuchar "Adiós" vio su turno con un bastón como uno de los protagonistas de la coreografía y Ricky portando un saco color vino; continuaron "María" y la sensual "La Mordidita" para despedirse con mucho sudor en "La bomba" y "Por arriba, por abajo", pero la insistencia lo hizo volver deleitando en "Pégate" y la rítmica "La copa de la vida" con la que salió del escenario a las 11:00 p.m. de la misma forma en la que entró: rodeado de uno de los cubos que formaron sus pantallas.