No es nada nuevo. Los agricultores están acostumbrados a los tiempos secos de marzo, abril y mayo. Además, cuando se tiene un negocio, como lo es el cultivo de productos de la tierra, “hay que estar preparado para las vacas gordas y para las vacas flacas”, dice el agricultor Joseph Deliz.

“Uno tiene que tomar las medidas gerenciales y administrativas para, en tiempos de sequía, poder bregar. Es una cuestión de procesos”, señaló Deliz, quien también es abogado y presidente de la Comisión de Agricultura del Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico.

Sin embargo, cuando las lluvias de mayo se tardan en llegar, entonces hay que empezar a tomar previsiones. El trabajo que no hace la naturaleza, lo tienen que hacer los trabajadores.

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Esto ha significado que muchos hayan tenido que invertir en sistemas de riego y establecer charcas de almacenamiento y de infiltración. Asimismo, los costos de producción han subido para muchos, pues se ha hecho necesario utilizar más diésel para el riego y los criadores de ganado han tenido que comprar más alimento concentrado, reconoce la secretaria de Agricultura, Myrna Comas.

“Se está comenzando a ver el impacto de las sequías, reducciones en los pastos y donde no hay sistemas de riego, las cosechas se ven afectadas”, señala al apuntar a las hortalizas como las especies más vulnerables a la falta de agua.

Michael López pertenece a una familia que se ha dedicado por generaciones a la agricultura en Jayuya, donde cultivan variedad de alimentos. 

“Ya llevamos cerca de tres semanas sin recibir gota de agua. Hemos tenido que asumir lo que es el riego y poner otros tipos de sistemas que nos ayuden con esa tarea”, cuenta López, quien trabaja con sus familiares en las haciendas Raíces y Vega Redonda para manufacturar las mermeladas Sabores Gourmet. 

El tiempo que ha tomado implementar las medidas de mitigación ha significado que algunas de las siembras sufran, como las de pimientos, plátanos y lechuga, que ya han perdido muchas de sus plantas.

En el caso del café, según explica Bernardo López, de la familia productora de Café del Alba, la sequía provoca que las plantas ofrezcan menos frutos. 

“En esta época es que el grano empieza a crecer y necesita agua. Lo que el árbol va a hacer es que va a producir mucho menos”, observa. El riego artificial, coincidió, es el remedio, pero muchas fincas no tienen la geografía adecuada para la instalación de sistemas para esta función.

Sin embargo, muchos caficultores han previsto los tiempos secos y han optado por sembrar bajo la sombra de árboles que se deshojan justo cuando el café necesita del sol. Además, optan por dejarle pastos al terreno para que no se quiebre la tierra por falta de agua.

Y mientras haya menos productos como consecuencia de la sequía, los apicultores también ven reducida su producción de miel, como explica Ángel Otero Nazario, del apiario Víctor Grabiel. “Al no haber flores constantes, baja la producción. Además, la abeja necesita agua. Un 70% de la miel de abeja es agua”, expone.

La Secretaria de Agricultura aseguró que hasta el momento no se han reportado muertes de animales por la falta de lluvia. Además, indicó que su agencia ha realizado un trabajo colaborativo con el Servicio de Conservación de Recursos Naturales de Estados Unidos para ubicar charcas de almacenamiento y de infiltración, cerca de los acuíferos. 

La funcionaria también anunció que esta misma semana la agencia federal hizo un llamado a propuestas para que los agricultores puedan establecer charcas de almacenamiento, sistemas de riego y bebederos para ganado. La citada agencia federal estaría pareando los fondos de inversión de los agricultores, agregó.