William Y. Maldonado Rivera transportó a una joven de 14 años a moteles para sostener actos sexuales ilícitos, por lo que fue sentenciado a cumplir 15 años y medio de cárcel y 10 años de libertad supervisada en medio de una lectura de sentencia enmarcada por la molestia del juez hacia la defensa y la fiscalía federal, las expresiones de arrepentimiento del hoy convicto y la alocución de familiares de la víctima.

El juez federal José A. Fusté la emprendió en contra de la fiscal Ginette Milanés y el abogado Víctor González, de la Oficina del Defensor Público federal, por llegar a un acuerdo con la recomendación de una pena de entre 12 años y medio y 15 años y medio, cuando las guías de sentencia lo colocaban a nivel de una sentencia de entre 24 y 30 años.

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"Los dos han perdido la línea completamente. Es sustancial la diferencia, ¿no consultaron las guías cuando hicieron el acuerdo? ¿Cómo pueden tener una diferencia tan abismal de los números? Este caso es similar al de un asesinato. Me preocupa grandemente la calidad del proceso al llegar a acuerdos, lo he dicho mil veces. Dejan la carga a la corte, que se convierte en la mala. Este tipo de caso requiere más atención al proceso de negociación con números reales, a menos que no les importe... Va a un nivel por encima de las guías de sentencia con 45. Ni Alexis Candelario tuvo 45", tronó Fusté, refiriéndose a Alexis Candelario Santana, convicto por la masacre de La Tómbola, en Toa Baja, quien cumple cadena perpetua.

El abogado indicó que el acuerdo era favorable para su representado y que tenía que protegerlo, mientras que la fiscal destacó que consideraron radicarle cargos por producción de pornografía infantil, lo que aumentaría la pena mínima estatutoria de 10 a 15 años, pero que no tenían suficiente evidencia, aun cuando encontraron una foto que el convicto tomó a la joven en posición sexualmente explícita y que se la envió a un amigo.

"Aunque ustedes metieron las patas, tengo que convertirme en su abogado y juez. Mira lo que me están haciendo. La próxima vez, no los voy a dejar ni siquiera entrar a sala", advirtió Fusté.

Durante su alocución, el exoficial de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés) pidió perdón a sus padres y a la familia de la víctima, que decían "no" con la cabeza mientras él se dirigía a ellos.

"Las palabras no pueden describir lo arrepentido que estoy. Mi familia me ha perdonado, pero sienten mucho dolor. Mi esposa me perdonó, me dijo que (lo hizo) porque sabe el tipo de hombre que soy, pero que no se trata de cuán rápido uno cae, sino cuán rápido uno se levanta. Esas palabras me mantienen vivo", expresó el convicto, de 35 años.

Relató que vivía con su esposa y su hija en Connecticut, pero que en 2011 vinieron a Puerto Rico para construirle una casa a sus padres. Su esposa regresó a Estados Unidos, y dijo que eso lo sumió en una depresión y bebía bebidas alcohólicas regularmente. Fue en un cafetín en Peñuelas al que iba los domingos que conoció a la niña de 14 años.

"Viéndola domingo tras domingo, siempre bien amable, empezamos a hablar y eso me llevó a cometer el peor error de mi vida. Deseo no haberla conocido. Nunca anteriormente había tenido esa mentalidad", agregó.

El juez le interrumpió para decirle que muchas personas pasan por problemas y buscan compañía, "pero tienen que ser adultos, no niños".

Maldonado Rivera suplicó al juez que le diera la oportunidad de ver a su hija, de dos años, ir a la escuela, leerle un cuento antes de acostarse, verla abrir regalos de Navidad. Lamentó que no podrá verla ir a su primer día de clases, ni enseñarle a amarrarse los zapatos ni a correr bicicleta. A esto, Fusté recalcó que "hay muchas víctimas en este caso".

El convicto miró a sus padres en sala y les pidió disculpas "desde lo más profundo de mi corazón, perdón por defraudarlos", lo que provocó que su madre le dijera: "Te amamos". Cuando se dirigió a los familiares de la víctima para pedirles perdón, estos lo miraron y movieron su cabeza en señal de desaprobación.

La fiscal aclaró que "esto no fue algo de una noche". Recordó que estuvo cinco meses planificando los hechos, que le decía que iban a vivir juntos, que criaría a su hija porque "su novia lo abandonó".

La tía de la perjudicada indicó que Maldonado Rivera iba regularmente al cafetín que es el negocio de la familia, donde trabajan todos y donde sus hijos y sobrinos se criaron.

"El señor aquí presente sabía quién era ella. Sabía que era mi sobrina. Para nosotros fue una sorpresa que diga que tiene valores y moral, pero los adultos están para proteger y cuidar a los menores, no para hacerles daño", dijo la tía.

La mujer leyó una carta de la madre de la menor, que no estuvo presente en sala, en la que cuestiona: "¿Cómo un hombre de 35 años, casado con una hija, no va a saber que no se puede involucrar con una menor de edad? Cualquier persona con poca educación sabe que es un delito y serio. Enamorar y engañar a una menor humilde, ingenua, sin experiencia empezando su adolescencia. Para mi como madre, este individuo no tiene perdón".

"Él le hizo promesas, la ilusionó, hasta económicamente. Le decía que le iba a dar todo. Todo lo que hizo fue para engañarla, planificando todo porque hasta le tomó fotos y se la envió a un amigo. No merece misericordia ni perdón porque sabe lo que hizo, es un hombre ya. Si sale libre, volverá hacerlo. Violó la inocencia de la niña, y la secuela del daño emocional en mi niña, en nuestra familia y en mi. No hay sicólogo ni terapia que ayude a reparar tan grave daño. Si alegan que es un hombre honrado y bueno, ¿dónde estaba ese hombre bueno cuando engaño, planificó y ejecutó su plan, destruyendo la inocencia de mi niña? Es una niña de campo, humilde, que no conoce maldad. Este 'buen hombre' actuó como un lobo al asecho, buscando una presa frágil para después hacerse el manso cordero", leyó la tía la carta de la madre de la víctima.

El juez procedió a leer los mensajes de texto que intercambió Maldonado Rivera con un amigo, al que le envió una foto que tomó de la adolescente mientras estaba en posición sexualmente explícita. El amigo se ríe y le pregunta dónde tomó la foto, a lo que el convicto le contestó que en el motel.

"Es bien tranquilita, pero va a todas sin protestar", decía uno de los mensajes que leyó el juez, mientras familiares de la menor salieron de sala en ese momento.

Fusté explicó que aceptaría los términos del acuerdo con la pena sugerida por las partes "con las muelas de atrás", y le impuso lo máximo acordado de 15 años y medio y 10 años de libertad supervisada. Destacó además que debe registrarse en el Registro de Ofensores Sexuales, no tener contacto con menores de 18 años ni con la víctima o su familia, y en 30 días se determinará cuánto deberá restituir económicamente a la familia de la menor. 

Maldonado Rivera se declaró culpable el 19 de marzo pasado por dos cargos de transportación con el fin de sostener actos sexuales ilícitos con la menor. Fue arrestado por agentes de la Oficina de Seguridad Interna y Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE-HSI) en enero pasado en el aeropuerto Mercedita, en Ponce, donde trabajaba, esto luego de que la madre de la menor radicara una denuncia ante la Policía de Puerto Rico.

Según la denuncia, la madre de la menor acudió el 8 de enero pasado a la División de Delitos Sexuales de la Policía de Ponce para querellarse contra Maldonado Rivera. La mujer explicó a las autoridades que su hija conoció al hombre desde agosto de 2014 y se hicieron amigos. Dijo que su hija le indicó que entre noviembre y diciembre pasado, Maldonado Rivera la llevó en su vehículo dos veces a un motel y en otra ocasión a un área desolada para sostener actos sexuales. La menor, de acuerdo con la querella, indicó que al menos en una de las ocasiones Maldonado Rivera llevaba puesto su uniforme de la TSA.

Según información recopilada por las autoridades federales, en octubre pasado, un día Maldonado Rivera le preguntó vía Facebook qué hacía. Además, le preguntó sobre su horario escolar. Poco después, fue a verla a la escuela, una mañana antes de que comenzaran las clases, y hablaron. El hoy imputado le comenzó a decir que podrían vivir juntos y que ella podría ser la madrastra de su hija. Él le dijo que tenía 26 años y que su anterior novia lo abandonó a él y a su hija de dos años.

Según la entrevista con la perjudicada, entre noviembre y diciembre pasado, Maldonado Rivera la buscó a la escuela temprano y la llevó en su Toyota Corolla dos veces a un motel y una vez a un paraje solitario, donde sostuvieron relaciones sexuales. En el motel, también le tomó fotos a la joven desnuda. A raíz de la investigación, se supo que el motel fue Las Colinas, a donde la llevó el 10 de noviembre y el 1 de diciembre de 2014.