Representantes de la industria de bebidas alcohólicas rechazaron este miércoles el proyecto de reforma contributiva al argumentar que la llegada del Impuesto al Valor Añadido (IVA) reduciría significativamente las ventas de ese sector, que ya está gravado por otros arbitrios estatales y federales.

Alejandro Ballester, presidente de la Asociación de Distribuidores y Elaboradores de Bebidas Alcohólicas (ADEBA), planteó que esa industria ya está “sobregravada”, y vaticinó que, si se adopta el IVA de 16%, sufrirían una merma en las ventas de tal magnitud que el Gobierno no podría recaudar los ingresos proyectados.

“La implementación de un IVA de 16% va a causar otro aumento desmedido en la venta de bebidas alcohólicas en las bases militares, mientras que las ventas en el mercado civil van a disminuir considerablemente, y los recaudos no llegarán a las expectativas”, manifestó el presidente de Ballester Hermanos durante una vista pública de la Comisión cameral de Hacienda, que preside el representante Rafael Hernández Montañez.

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Además de Ballester Hermanos, la ADEBA representa a las empresas V. Suárez & Co., Méndez & Co., B. Fernández & Hnos., Miller Coors, Bacardí Corporation y Destilería Serrallés. Según datos vertidos en la vista, estas compañías generan más de $1,000 millones anuales en ventas al detal y crean más de 15,000 empleos directos, indirectos e inducidos.

Ballester indicó que, en el 2014, la industria de bebidas alcohólicas aportó $267 millones en arbitrios estatales, además de cerca de $248 millones en el arbitrio federal por las ventas de rones y más de $71 millones por concepto del Impuesto sobre las Ventas y Uso (IVU). El IVA, según calculó, representaría $91 millones más en impuestos.

“Un impuesto adicional a esta industria, como lo sería 9% adicional para un total de 16% con el IVA, constituye una situación que es económicamente insostenible para el consumidor, la industria del turismo y la industria de bebidas alcohólicas”, subrayó el ejecutivo.

Por ello, recomendó a los miembros de la Comisión de Hacienda reducir las tasas que hoy aplican a estas bebidas.

El proyecto de reforma contributiva mantiene exentos del IVA a algunos bienes que ya están gravados por otros arbitrios, como los automóviles y la gasolina.

Ballester destacó que el alza tributaria que se aplicó en el 2002 a las bebidas alcohólicas, al igual que la aprobación del IVU en el 2006, tuvieron el efecto de reducir las ventas del producto. A modo de ejemplo, mencionó que el mercado de cerveza total en Puerto Rico se achicó, entre el 2002 y el 2014, en un 20%.

A juicio del líder de ADEBA, el aumento impositivo fomentaría que más personas acudan a tiendas militares para comprar bebidas embriagantes, pues allí son más económicas al estar exentas del pago de contribuciones.

“Este nuevo aumento impositivo al consumidor en la compra de bebidas alcohólicas resultará en una caída dramática en el consumo, y por consiguiente, en los recaudos del fisco”, sostuvo.

De igual forma, la Asociación de Productores, Vinos y Licores se opuso a la medida, pues incluye las disposiciones de una ley de reciente aprobación (Ley 238-2014), que a juicio del presidente de la organización, Antonio García Méndez, perjudica al sector de vinos locales al aumentar los impuestos que le aplican y, consecuentemente, elevar sus precios.

“Claramente, la Ley 238 crea una competencia desigual que va en perjuicio de los mejores intereses del erario, ya que representa menores recaudos”, dijo García Méndez, quien añadió que esta situación se agravaría si se acoge la propuesta del Ejecutivo de implantar un IVA de 16%.

La asociación reúne a Malgor & Compañía, que elabora el vino Canario; Trigo Corporation, que produce Ponte Vecckio, y Bearco, que elabora los vinos Frutezia y Capriccio.